Desde hoy hasta 2030 se esperan grandes cambios que llevarán a la revolución del sector agrícola. Por décadas, los gobiernos y las grandes organizaciones se han concentrado en la disponibilidad de los alimentos, con el objetivo de dar acceso en todo momento del año a los alimentos que constituyen la base de nuestra dieta.
Pero desde hace un tiempo ya no es así: nuevos factores han llevado a cuestionar todo el sistema agrícola. Entonces ¿cómo cambiará la producción alimentaria en los próximos años? Según las previsiones sobre la agricultura del futuro los principales cambios afectarán a:
Veamos cómo cambiará la producción agrícola en la próxima década.
Las nuevas tendencias en materia de dieta tienen un peso cada vez más importante en la manera en la que desarrollamos la agricultura. Algunas fuentes registran una tendencia: en las mesas de los ciudadanos aumenta cada vez más el componente vegetal, mientras que se reduce el animal. Además se comienza a dar preferencia a la calidad y a la diversidad con respecto a la cantidad.
Como revela el informe de la Unión Europea 2019-2030, los consumidores son cada vez más exigentes cuando se trata de alimentación y los temas como salud, propiedades nutritivas, procedencia, sostenibilidad y bienestar de los animales están siendo fundamentales.
La nueva demanda ejerce una influencia decisiva en las variedades cultivadas, los métodos de cultivo, así como la cría. Por tanto, no existe ninguna duda sobre el hecho de que algunos sectores del mercado, como el ecológico y los productos de proximidad registrarán un incremento significativo en la próxima década.
Las políticas comunitarias en términos de impacto medioambiental también han impulsado algunas prácticas productivas, como la rotación de cultivos. Sin embargo, los costes superiores relativos a algunos de estos cambios se compensan por el valor añadido de los productos.
También en este informe, la agencia europea prevé que los espacios dedicados a la agricultura en el continente sufrirán una disminución de 178 millones de hectáreas para 2030. Las cosechas aumentarán más lentamente que en el pasado, aunque los progresos en la selección y gestión de las semillas ayudarán de todos modos a los agricultores a obtener un aumento total de la producción.
Los cambios climáticos modificarán nuestra manera de producir de modo definitivo (hemos tratado este tema en este análisis sobre el clima y la agricultura), influyendo en factores como lluvia, temperaturas y calidad del suelo. Por tanto, es necesario comenzar a hacer frente a estos cambios con algunas estrategias.
El nuevo informe sobre el cambio climático de la Agencia Europea del Medio Ambiente proporciona algunas recomendaciones, en primer lugar, el recurso a los instrumentos de la agricultura de precisión, que permiten mejorar la producción, optimizar la distribución de fertilizantes y fitofármacos.
Aconseja asimismo el empleo de cultivos más resistentes a las olas de calor y frío, pero también a la sequía y a los parásitos. En el periodo invernal es conveniente recurrir a los cultivos de cobertura para proteger el terreno, mientras que, en general, la rotación de cultivos genera beneficios notables para el suelo.
Optimizar el riego, producciones sostenibles en invernaderos y mejor forraje para los animales, estos son algunos de los consejos de la agencia europea para hacer frente a la nueva década.
Por último, la tecnología está dando pasos agigantados y pronto se verán los resultados. En los últimos años hemos visto la introducción de muchas tecnologías nuevas. Hasta hace 10 años, instrumentos como Isobus y la conducción asistida habrían sido considerados ciencia ficción, mientras que en la actualidad están al alcance de todos (descubre más sobre las tecnologías agrícolas ya disponibles).
Para la próxima década, las novedades son más futuristas: nuestros campos podrían ser atravesados por robots y drones, capaces de recoger datos y cuidar los cultivos con una precisión cada vez mayor.
El abono, el escardado e incluso la recolección: gestionados por la inteligencia artificial, los robots de nueva generación también podrán dar sugerencias para optimizar la producción y aumentar el rendimiento de los cultivos.
Los drones agrícolas se podrán emplear en el mapeo de los terrenos y en la detección de los problemas. En el futuro también se utilizarán probablemente para regar los cultivos de forma rápida y precisa, sin desperdiciar agentes químicos, gracias a equipos sofisticados.
La recogida de los datos, además, se podrá integrar a la monitorización por satélite de los cultivos, para controlar la situación en todo momento y tener a disposición toda la información necesaria para intervenir rápidamente en caso de necesidad.
Pero las nuevas tecnologías no atañen solo a maquinaria e instrumentos digitales. De hecho, la ingeniería genética desempeñará un papel importante. Si ya nos es familiar el fenómeno de los OGM, la nueva frontera son las Nuevas técnicas de mejora genética.
Mediante el uso de la técnica de edición del genoma, que permite modificar partes específicas de los genes de las plantas, resulta posible obtener nuevas variedades de plantas, más productivas y más resistentes, en tiempos muy breves con respecto a las técnicas tradicionales de cruce e hibridación.
McCormick ha estado siempre al lado de quien trabaja en el sector agrícola para hacer frente a los grandes desafíos de hoy y de mañana con soluciones de vanguardia y tecnologías eficientes.
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