Durante estos últimos años, hemos oído hablar mucho de la agricultura de precisión, un tema de actualidad que nos afecta de cerca. Pero ¿qué quiere decir en realidad agricultura de precisión? ¿Cuál es el motivo por el que es tan importante y qué ventajas ofrece en concreto a los agricultores?
Veamos de qué manera la agricultura de precisión cambiará (y cómo está cambiando en la actualidad) al mundo agrícola, cuáles son las tecnologías y las herramientas que ofrece y los incentivos a los que pueden acceder las empresas.
Por agricultura de precisión se entiende una serie de estrategias y herramientas que permiten optimizar y aumentar la calidad y la productividad del suelo a través de una serie de medidas concretas, un resultado que se puede obtener gracias a tecnologías cada vez más avanzadas.
Se dice «de precisión» porque gracias a las herramientas más modernas se puede adoptar una medida adecuada, en el lugar y el momento adecuado, respondiendo a las necesidades específicas de cada cultivo y de cada zona del terreno, con un alto nivel de precisión.
Las tecnologías se emplean, ante todo, para recoger datos e información que sirven, principalmente, para tomar decisiones a la hora de mejorar la producción y, en segundo lugar, para adoptar las correcciones necesarias para alcanzar ese objetivo.
En la actualidad, también se habla cada vez más de Agricultura 4.0, que es la evolución del concepto de agricultura de precisión: esta expresión indica todas las herramientas y las estrategias que utilizan de forma interrelacionada las últimas tecnologías a partir del uso de los datos para mejorar y optimizar la producción.
Producir más con una cantidad menor de recursos a la vez que se mantienen altos estándares de calidad: este es el objetivo final de la agricultura de precisión.
Este tipo de enfoque presenta una doble ventaja:
Es importante recordar el hecho de que practicar la agricultura de precisión es cada vez más urgente a causa del aumento de la demanda de alimentos a nivel mundial, como consecuencia del crecimiento exponencial de la población que estamos presenciando durante las últimas décadas: según las previsiones para el 2050, se deberán alimentar a unas nueve mil millones de personas.
Por tanto, se convierte en una prioridad aumentar la producción de alimentos sin que comporte una mayor explotación de recursos clave como el agua y el abono. Además, resulta fundamental poder obtener estos resultados sin comprometer las cualidades físicas y químicas de los terrenos: solo así se podrá implementar un modelo de producción de alimentos sostenible.
Son muchas las herramientas que ofrece la agricultura de precisión y ninguna de ellas puede sustituir a la experiencia profesional de quienes trabajan en el campo de la agricultura, pero todas ellas ofrecen una valiosa ayuda para mejorar las prestaciones y los resultados.
Entre las herramientas más conocidas y difundidas se encuentran la conducción semiautomática y la dosificación de tipo variable, pero existen muchas soluciones en continua evolución. Las tecnologías más modernas se utilizan de forma integrada, para recoger datos e intervenir con una serie de acciones para mejorar la productividad: descubramos a continuación cuáles son las principales.
Controlar la situación de los cultivos requiere un gran esfuerzo, especialmente cuando se extienden sobre espacios muy amplios. En los campos, la producción no es casi nunca homogénea; algunas zonas son más productivas que otras. Esto puede variar según la calidad del terreno, si existen parásitos u hongos o problemas de riego: es importante poder detectar estas causas rápidamente para poner remedio a todas las situaciones que reducen la productividad.
El control de los cultivos por satélite es una herramienta que permite controlar constantemente la situación de los campos gracias a un análisis espectral de imágenes por satélite de gran resolución y es capaz de emitir rápidamente señales de alarma.
Todo esto es posible porque los satélites pueden detectar emisiones electromagnéticas de determinadas longitudes de onda como banda de la luz visible e infrarroja cercana o NIR. En la práctica, pueden «fotografiar» la luz solar que se refleja en las plantas y en el suelo para generar una especie de radiografía del campo, ofreciendo información sobre aspectos fundamentales como el desarrollo vegetativo, la humedad y la temperatura del suelo.
Uno de los datos más importantes es el estado de vigor de los cultivos, que se mide con parámetros como el índice NDVI (índice normalizado diferencial de la vegetación), que ayuda a detectar las plantas fotosintéticamente activas y, por tanto, saludables. Otro parámetro útil es el índice NDMI (índice normalizado diferencial de la humedad), que permite detectar el estrés hídrico de los cultivos gracias a la detección de la tasa de humedad.
Otra solución que no requiere el uso de los satélites es la de los drones agrícolas. Actualmente se utilizan sobre todo para la cartografía de los terrenos, pero los más avanzados pueden utilizar sensores y vistas con rayos infrarrojos para detectar problemas que no se puedan ver a simple vista, al igual que los satélites.
Otra herramienta importante para la agricultura de precisión y que no requiere ninguna intervención desde arriba son los sensores ambientales colocados en los campos, que pueden registrar datos meteorológicos e información sobre las necesidades de agua del suelo. En comparación con el control con satélites y drones, especialmente útil para amplias extensiones de terreno, los sensores tienen la ventaja de que se pueden utilizar también en espacios cerrados como invernaderos y viveros.
Gracias a los datos que recogen los satélites, los drones y los sensores, se pueden generar mapas interactivos que fotografían el estado del campo y muestran de forma clara e inmediata las diferencias entre las distintas áreas de los cultivos, lo que permite descubrir anomalías y señalar la necesidad de emprender determinadas acciones.
Las deficiencias de estas áreas pueden tener distintas causas: carencia de nutrientes, problemas de riego, ataques parasitarios localizados o daños por granizo o heladas. Por ello, para descubrir la razón por la que disminuye el vigor, es necesario proceder a un análisis del campo, que será muy detallado gracias a la información disponible.
Una vez que se hayan identificado las causas del distinto rendimiento de estas áreas, se podrán adoptar medidas específicas, en función del problema, para sembrar o fertilizar los campos de tipo variable o con un riego mayor en determinadas zonas, o incluso con tratamientos de productos fitosanitarios donde sea necesario.
A medio y largo plazo, la información sobre las deficiencias que se repiten cada año permiten a las empresas agrícolas planificar de forma más eficiente las inversiones estructurales, por ejemplo, la gestión del riego o las intervenciones en los terrenos.
La ventaja de los sistemas de control de los cultivos es que permiten tener un control constante también de áreas muy amplias o incluso en campos distantes, mediante la configuración de una serie de automatizaciones (por ejemplo, recibir notificaciones cuando se detecta un evento en particular) que permiten intervenir rápidamente, detectando de inmediato los factores de estrés que de otra manera sería difícil reconocer. Sin mencionar que, además de identificar zonas problemáticas, la detección continua también permite comprobar con el tiempo los resultados de las medidas correctoras adoptadas.
Recoger los datos es el punto de partida de la agricultura de precisión y sirve para entender dónde intervenir a tiempo. El paso siguiente consiste en las intervenciones efectivas en el campo y las nuevas tecnologías también ofrecen en esta fase una ayuda imprescindible; veamos las principales:
Entre las tecnologías de la agricultura de precisión cabe destacar los equipos que pueden dosificar fertilizantes y productos fitosanitarios de forma diferenciada en el campo, en función de las necesidades de los cultivos. De esta manera, es posible intervenir en el punto exacto y con la cantidad estrictamente necesaria de recursos, lo que optimiza los consumos y evita los desperdicios.
La tecnología de tipo variable requiere datos precisos sobre la situación de necesidad de cada zona del cultivo. Estas tecnologías de tipo variable se basan en dos modos distintos para obtener esta información:
Los sistemas de conducción asistida por satélite para los tractores son una de las tecnologías más conocidas de la agricultura de precisión. Estos sistemas permiten mejorar la eficiencia del trabajo y aumentar la productividad, reduciendo los costes de producción y ahorrando tiempo y combustible.
Gracias a un receptor por satélite, GPS o GLONASS, es posible geolocalizar las máquinas agrícolas en los campos. Esto evita solapamientos o saltos entre los pasos consecutivos al suministrar fertilizantes y productos fitosanitarios, con claras ventajas. Si bien las zonas que no se tratan podrían ver reducida su producción o ataques de agentes patógenos, los solapamientos producen un aumento de los consumos y de los costes. Además, se puede reproducir la información en las aplicaciones siguientes, que serán más sencillas y rápidas de gestionar.
Gracias a los mapas de prescripción o a los sensores es posible regular en tiempo real la distribución de tipo variable de los productos, como ya hemos visto.
Los sistemas de conducción asistida disponibles son de varios tipos, desde los de barras de conducción más sencillos hasta los de conducción asistida y semiautomática más avanzados:
¿Las ventajas de estas herramientas? Mayor velocidad y precisión en los trabajos y reducción de los desperdicios, además de menos estrés para el operador, que puede prestar más atención a otros aspectos del trabajo, como el control de los aperos.
Para soluciones avanzadas, en McCormick hemos confiado en Topcon, un punto de referencia en la agricultura de precisión, gracias a una interfaz intuitiva, inmediata y fácil de usar.
Una de las soluciones más avanzadas que permite mejorar la productividad está representada por las herramientas de diagnóstico y la gestión de la flota en remoto (Fleet Management).
Las herramientas de Fleet Management permiten controlar cómodamente desde el monitor de la oficina una gran cantidad de información como los desplazamientos, consumos y trabajos desempeñados diaria y mensualmente.
Gracias al uso de sistemas de geolocalización y software para recoger y procesar la información, los tractores y los equipos pueden transmitir una gran cantidad de datos, proporcionando indicaciones para pronosticar los próximos trabajos, con el objetivo de mejorar costes y resultados.
La información es muy precisa: velocidad, régimen del motor, progreso del trabajo, consumos por hora y promedio de los consumos, entre otras cosas. Además, se puede delimitar con gran precisión el área de los campos y almacenar los datos de los trabajos para los pasos siguientes.
Otro aspecto fundamental es la posibilidad de llevar a cabo un chequeo en tiempo real sobre la situación del tractor, gracias a funciones de telediagnóstico y mantenimiento en remoto, que permiten que el servicio de asistencia actúe de forma rápida y precisa, prolongando la vida útil de los tractores y mejorando las prestaciones de la flota.
Para garantizar estas ventajas a los clientes de McCormick, a partir de 2021, todos los tractores de gran potencia que salgan de nuestros establecimientos estarán ya preparados para la gestión y el diagnóstico en remoto. Descubre todas las posibilidades de los sistemas de gestión de Fleet Management McCormick.
Para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la agricultura de precisión, es necesario que las distintas máquinas agrícolas puedan «comunicarse» entre sí. Precisamente para resolver los problemas de compatibilidad entre las distintas herramientas, se ha creado el protocolo Isobus, un lenguaje universal que permite la comunicación entre tractores, software y equipos, incluso de distintos fabricantes.
Gracias a una única pantalla de control integrada en la cabina del tractor resulta posible controlar la maquinaria y los aperos, que llegan a formar un sistema interconectado.
De este modo, se pueden controlar los aperos certificados Isobus, utilizar de forma eficaz sistemas de automatización e integrar todo con sistemas de precisión por satélite, distribución de tipo variable de productos, hasta los sistemas de gestión de la flota en remoto y diagnóstico de los tractores (Fleet management).
Entre las tecnologías más nuevas y en vías de desarrollo cabe destacar los robots para la agricultura, que pueden ocuparse de los cultivos de manera cada vez más precisa con la posibilidad de recoger datos sobre la situación de los terrenos, la siembra y la automatización de cosechas, gracias a sensores que detectan la madurez de los productos agrícolas y pinzas adecuadas para manipular fruta y hortalizas sin dañarlas.
La forma en la que practicamos la agricultura está cambiando: gracias a las innovaciones de la agricultura de precisión es posible producir más con menos. Los tractores McCormick son los más avanzados para ofrecerte las herramientas que más se adaptan a tus necesidades. Nuestros tractores ya cuentan con muchas soluciones innovadoras: ponte en contacto con nuestros concesionarios para descubrir cómo podemos ayudarte a mejorar tu trabajo.